A través de redes sociales, conductores de todo el mundo han compartido un sencillo pero efectivo “truco” para reducir la temperatura de sus vehículos sin necesidad de encender el motor, ahorrando tiempo y gasolina.
El truco consiste en bajar una de las ventanas del auto para luego abrir y cerrar con fuerza la puerta del lado opuesto repetidas veces. Este movimiento crea una corriente de aire que facilita la expulsión del aire caliente acumulado en el interior, logrando así una significativa reducción de la temperatura en tiempo récord.
Otro factor relevante es el color del auto. Según un estudio sobre los efectos de la radiación solar al interior de un auto, los modelos de color negro pueden experimentar un incremento de temperatura de hasta 20 grados más que aquellos de color blanco.
Además de este método, se recomienda el uso permanente de parasoles, los cuales pueden disminuir la temperatura interior hasta en 11 grados y evitar dejar el vehículo en zonas de sol directo o con mascotas al interior.
Los peligros de la exposición a altas temperaturas
Las olas de calor subrayan los peligros de exponer un vehículo a altas temperaturas. Un auto excesivamente caliente no solo resulta incómodo, sino que también puede afectar la salud de sus ocupantes, incrementando el riesgo de golpes de calor y deshidratación, especialmente en viajes largos o en situaciones de tráfico intenso, lo que puede provocar accidentes de tránsito que podrían ser evitables.
Además, el calor extremo puede dañar componentes internos del vehículo, como el sistema de aire acondicionado y la batería.
Si bien el problema de las altas temperaturas internas puede presentarse en cualquier lugar donde se estacione un vehículo, es particularmente crítico en carreteras o estacionamientos expuestos directamente al sol, donde no hay sombra o protección contra el calor directo. Por ello, existen diferentes soluciones tecnológicas de monitoreo y detección de accidentes de tránsito, en caso de imprevistos y situaciones críticas que puedan ocurrir al volante.