Al momento de sacar cuentas sobre si realmente conviene o no cumplir el anhelado sueño del auto propio, se suman los inconvenientes en la lista de desventajas, debido a los elevados gastos de mantención y trámites.
Hoy en día no solo se trata de enfrentarse a la realidad del alza en los precios que tienen los vehículos en Chile, en comparación con años anteriores y en la denominada “era de los autos caros”, sino también a los costos asociados que vienen en la compra, ya sea de un auto nuevo o usado.
Desde mantenciones fijas, seguros, revisiones técnicas, permisos de circulación, reparaciones, impuestos, costos de repuestos y el promedio de depreciación anual del automóvil, hacen cuestionarse si realmente merece la pena comprar, y por el contrario posicionar como mejor opción arrendar o compartir.
“El problema principal que vemos en la compra de autos, es que las personas muchas veces no están conscientes de los «costos ciegos» en los que se incurren, que son muy altos, y no se asumen como parte del precio total”, aseguró Enrique Cabo, CEO de Lolocar.
“Comprar un auto que lo único que hace es perder su valor en el tiempo, es seguramente de las peores “inversiones” que se pueden hacer, sobre todo si no se necesita todos los días”, explicó Cabo.
Gastos ciegos
En lo que tiene que ver con permisos de circulación, actualmente en el país los valores fluctúan desde los $95 mil hasta los $23 millones aproximadamente (según el vehículo). Así como los seguros automotrices han aumentado debido a la delincuencia entre un 70 y 80%, de acuerdo a recientes informes del Colegio de Corredores de Seguros.
En cuanto al promedio de depreciación anual que tienen los automóviles, cabe destacar que lo más conveniente es hacer bien los cálculos para evaluar si realmente compensa o no comprar un vehículo, estando determinado que, “un auto en promedio pasa estacionado el 96% del tiempo de su vida útil”, según estudios de la compañía automovilística Link & Co.
“Creemos que cada vez será más prohibitivo tener un automóvil, y que así mismo subirán todos los costos asociados a su mantención. Ya que se prevé que los gobiernos seguirán aumentando los impuestos asociados, además de que los vehículos son de los activos más afectados por la delincuencia, y por ende las primas de seguros también suben”, enfatizó el experto.
Frente a la necesidad de moverse, más allá del transporte público, está la alternativa de arrendar o el carsharing, el que además libra del TAG, pagar estacionamiento, los costos promedio de inspección anual, matriculación y mantenimiento.
“Poder arrendar y usar el auto de tu vecino, con el resguardo de hacerlo a través de una plataforma que te entregue un seguro y te permita hacerlo de manera rápida, le hace bien a nuestro bolsillo, al medio ambiente y a la movilidad de nuestras ciudades”, concluyó Cabo.